El Barça y el Real Madrid son puentes entre Israel y España

La semana pasada asistí a una conferencia en la Universidad Hebrea de Jerusalén ofrecida por el Embajador de España en Israel, Álvaro Iranzo, sobre el movimiento 15-M en España y su influencia social e internacional.

El diplomático resumió la historia de la España contemporánea y se centró, al final, en las relaciones entre indignados españoles e israelíes. Obviando las grandes diferencias entre ambos grupos de protesta, cuando se abrió el ruego de preguntas, estas estuvieron enfocadas hacia temas económicos, como por ejemplo la expropiación de YPF por parte del gobierno argentino. Yo fuí el único que intenté arrancar alguna confesión al Embajador sobre las relaciones entre España e Israel, centrándome en uno de sus peores períodos: la era Zapatero (aquí ya comenté las razones de su política tendenciosa hacia Israel)

La primera legislatura de Zapatero fue una de las peores épocas de la relacion entre España e Israel

El Embajador, que es un ponente excepcional,  lidió bien con mis preguntas un tanto agresivas y apuntó que las relaciones entre ambos países, incluso durante el ultimo gobierno socialista, nunca fueron malas. A pesar de  que yo le recordé la tristemente célebre foto de Zapatero ataviado con una kefiyah mientras Hizbulah lanzaba misiles indiscriminados contra el norte de Israel, las delcaraciones del entonces portavoz socialista, Pepe Blanco, afirmando que las víctimas civiles en Líbano eran objetivo buscado de Israel, los millones de euros entregados a la ANP sin monitorizar su gasto y a ONG’s que se dedican a deslegitimar a Israel en lugar de ayudar a la paz  o el uso electoral del conflicto sobre todo durante la primera legislatura del anterior Ejecutivo socialista, Iranzo apuntó que lo de la kefiyah fue un error de cálculo -fue fruto de un acto espontáneo de dos militantes- y que la mayoría de las diferencias fueron políticas y estratégicas. El diplomático también recordó que Zapatero visitó en dos ocasiones Israel, pronunció las palabras Ani Yehudi -en homenaje a su más que notable apellido de ascendencia judía- y su gobierno creó Casa Sefarad-Israel para tender puentes culturales entre ambos países.

Al terminar la conferencia, estuvimos compartiendo opiniones amigablemente.  Iranzo agradeció mis polémicas preguntas – ‘así esto se hace un poco más ameno’- comentamos el nuevo rumbo que está dando el gobierno de Rajoy en este tema y los dos apostamos por una relación cordial, sensata y fructífera entre ambas naciones.

El Barça está presente en toda la geografía israelí

Siempre he pensado que la mejor forma de que Israel mejore sus relaciones con España, o viceversa, pasaba no ya sólo por una mejor información sobre la realidad del conflicto, sino también por abrir y ampliar puentes comerciales e intelectuales. Pero el sábado por la noche, gracias al aviso de un amigo, he pensado que existe otra gran herramienta: el fútbol.

Mi amigo me contó que, en la despedida de Pep Guardiola, un cartel rezaba:

Thank you Pep, Israel won’t forget you

El no ser futbolero ha hecho que mi análisis no se haya centrado antes en el hecho de que el Barça, pese a Qatar Foundation,  es el equipo de fútbol nacional en Israel. Allí donde vayas en Israel, desde Eilat hasta Haifa, siempre encontrarás en los comercios, en las mochilas de los escolares o en las camisetas de los transeuntes al Barça. Cuando converses con un israelí en un bar o en la calle, te sabrá chapurrear nombres como Messi,  Villa o Guardiola.

En uno de mis viajes  al norte de Israel,  fui a una escuela de niños beduinos, y la mayoría tenía en sus estuches la foto del astro argentino y todos alucinaron cuando les dije que venía de España. ¿Has visto a Messi en directo?

Hace unas dos semanas, vi junto a amigos israelíes en el centro de Jerusalén el clásico y  hasta pusieron pantallas gigantes en la calle. Contenían la respiración y cantaban los goles como si en un bar de cualquier ciudad española se tratara -salvando ciertas diferencias extrafutbolísticas.

No es el Barça solamente. No es de ahora.

Sin embargo, esta pasión no es única por el equipo azulgrana , pese a que los puentes aéreos entre Barcelona y Tel Aviv sean cada vez más baratos, pese a  que Guardiola venga a Israel a decirle a la cantante Noa que tiene un país maravilloso o pese a que exista en el nacionalismo catalán burgués y de derechas una cierta tradición proisraelí.

El año pasado, por ejemplo, Simón Peres, presidente del Estado de Israel, estuvo fotografiándose con toda la plantilla del Real Madrid, y de esta sesión hace gala en su famoso vídeo -al cual le di lo suyo en un anterior post– para promocionar su nueva página de Facebook.

Tampoco esta pasión es de ahora. Ya en 1973, Santiago Bernabeu, contradiciendo e irritando a la jerarquía franquista, invitó a Moshé Dayan, Ministro de Defensa de Israel en aquel entonces, y le otorgó la insignia de oro del club. España no tenía relaciones diplomáticas con Israel y el gobierno socialista de Golda Meir poco podía tener en común con el régimen de Franco.

El fútbol como herramienta para tender puentes entre ambos países

Nunca veo fútbol ni ningún tipo de deporte, pero no seré yo el que niegue el potencial del mismo en promover las relaciones entre personas de todo el mundo, más allá de barreras nacionales. Puede que en cuestiones políticas Israel y España no sean los mejores amigos, pero la pasión de los israelíes por el deporte español es profunda y  legendaria.

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