Es cierto, he dejado a la Carretera Birmania sin tránsito durante demasiados meses. Hay muchas actualizaciones en mi vida que no me han permitido actualizar el blog. Entre otras cosas, ya no trabajo para el gobierno de Israel. Mi fellowship terminó con bastante éxito y regocijo -por ello la descripción de mi blog, y  el desarrollo de ahora en adelante, van a cambiar bastante-  y estoy en camino de realizar varios proyectos que espero anunciar pronto.

Sin embargo, no he dejado de escribir. En consecuencia, he añadido los enlaces a los análisis que he publicado en Foreign Policy, también he escrito para Lemon Politik (no todos están relacionados con la materia que tratamos aquí, por ello no tendrán una sección) y, con motivo de los nuevos sucesos en Gaza e Israel, también he escrito un artículo para Libertad Digital.

Concluido el protocolo, entremos en materia.

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En mis últimos post de la anterior temporada, critiqué la locura irracional en la que se había convertido eso que en los círculos proisraelíes se llama Hasbará. Sigo pensando que en el día a día de lo que acontece en Israel hay una pérdida de papeles generalizada capitenada por páginas de Facebook y bloggers en pijama que son aficionados a colgar fotos de Bar Refaeli con una bandera de Israel como si eso sirviera para apoyar o cambiar la opinión de los internautas sobre el Estado judío, y que el gobierno de Israel, con el ridículo vídeo de Simón Peres imitó en cierta manera.

El ejército se ha puesto las pilas en lo que a comunicación se refiere

No obstante, con la nueva operación #Pilarofdefense, parece que por fin las IDF y su portavocía, Dover Tzahal, se han puesto las pilas. Están ofreciendo información minuto a minuto de lo que pasa, en varios idiomas, y han difundido flyers, vídeos y datos bastante efectivos a la hora de hacerse una idea de lo que sucede con los cohetes de Hamas. El siguiente, me parece bastante certero:

Encontramos más información en el blog de las IDF. Y sí, por fin han hecho una comunicación responsable y efectiva. También en Twitter y aquí tenemos otro buen ejemplo (el oficial explica como pese a los ataques israelíes y los cohetes de Hamas el ejército sigue asegurando que a Gaza lleguen suministros)

Es realmente increíble que un ejército haya tenido que dedicar tantos recursos para defender su imagen y explicar al mundo el por qué de sus operaciones. Esta reflexión puede esperar para otro post, pero si podemos sacar varias conclusiones a partir de ello.

¿Hasbará?

La Hasbará como práctica habitual y desorganizada no vale para mucho. Se cae en la propaganda y en el análisis facilón. Y en muchas ocasiones se hace más daño del que se intenta reparar. Esclarecer -la traducción al hebreo de la palabra Hasbará- es contar la verdad y contarla bien, ofrecer la otra cara de la mondea, desvirtuar mitos creados y contrarrestar con hechos las tergiversaciones mediáticas que suelen pesar contra Israel. Si se quiere ser abogado mediático de Israel, hay que hacerlo como tal, aportando pruebas y datos, todos contrastados, y no caer en ningún radicalismo o tentación cutre de colgar un helicoptero apache israelí como banner en el blog o poner al presidente del país, de casi noventa años, a hacer de DJ con su iPad y a teletransportarse en una habitación.

Las Fuerzas de Defensa de Israel, como todo ejército, han cometido errores y excesos, tanto en el campo de batalla como ante las cámaras y en los pasillos, y después de décadas siendo acusadas de todo lo peor, han decidido defenderse en los medios y hacerlo medianamente bien.

Se han puesto al día.